top of page

En busca del punto medio entre Abhyasa y Vairagya



Aprender a controlar la mente, es un trabajo que requiere constancia y disciplina, ya que ésta fácilmente se torna reacia al control, se vuelve inquieta, obstinada, impetuosa. En el Bhagavad Gita, se exponen dos elementos por medio de los cuales la mente puede ser domada: uno es la práctica constante o disciplina (Abhyasa) y el otro es el desapego a los deseos (Vairagya). Estos son dos de los principios fundamentales de la filosofía del Yoga, el balance de ambos es la clave para alcanzar la liberación, según nos exponen los textos sagrados.

El reto es trabajar ambos elementos de la mano, pues la disciplina te conduce en la dirección correcta, y el desapego nos permite avanzar sin quedarnos atrapados en los placeres y los dolores. Sin la disciplina y la práctica, el desapego se convierte en un camino sin dirección. Sin desapego, la disciplina se convierte en un potenciador del ego, convirtiéndonos en víctimas de la mente.


Aunque en el Bhagavad Gita, al hablar de práctica y disciplina, se refiere a la práctica de la meditación para domar la mente, este concepto puede ser aplicado en la dirección que escojamos en cualquier área de nuestra vida, como en nuestra práctica de asana. Algo tan sencillo como la práctica de una postura retadora que deseamos conquistar. En mi caso, por ejemplo, desde que empecé a practicar los balances de brazos y paradas de manos, me encuentro fluctuando entre abhyasa y vairagya. Aún me es muy difícil encontrar el punto medio. A veces mi mente me hace creer que estoy ahí, pero de pronto abro los ojos y me reconozco en un extremo o en el otro: apegada al resultado de estar en el balance de brazos, o cómodamente instalada en mi zona de confort, sin disciplina ni dirección y dejando que las cosas sucedan. En el primer caso, cuando solo veo el resultado, lo que encuentro es una gran satisfacción para mi ego o una gran frustración. Y en el segundo caso, cuando me entrego al desapego total y dejo ir la disciplina, no sólo no hay progreso en términos técnicos, sino que energéticamente hay consecuencias , como la pereza y la pesadez.


Lo que he podido observar en este camino de ajustar y soltar, es que la disciplina y la práctica te llevan hacia la dirección prevista. Sólo se requiere paciencia y amor. Ver la evolución de como poco a poco mis pies se han ido acercando a mi cabeza en la postura de Vrschkasana por ejemplo, reafirma para mí que la constancia es definitivamente un elemento en el camino. Ahora, la parte más difícil, al menos en mi caso, es el desapego. Dejar de sentirse orgullosa por alcanzar un pequeño avance, dejar de identificarse con el resultado. Al respecto, en el Bhagavad Gita, Krishna dice que no debemos dejar que la mente anhele los frutos, ni que la inteligencia calcule las ganancias, ni que el ego tenga orgullo en el éxito."Disciplina y desapego" nos invita a vivir nuestros caminos con entrega y compromiso, con amor y confianza, soltando el control sobre el resultado. La disciplina implica el control y responsabilidad de mis acciones, el desapego implica soltar el control sobre lo que está afuera de mí, incluyendo el control sobre los resultados. La disciplina y el desapego se presentan ante nosotros como una receta para la paz mental en nuestro estilo de vida moderno tan lleno de metas y objetivos.

133 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page