top of page

El Proceso de Creación de El Ritual


Después de más de 20 años de exploración, estudio, experimentación y práctica del cuerpo desde distintos planos, físico y energético, a través del movimiento, tanto del movimiento sutil como la respiración o el movimiento de la piel, así como el movimiento más tangible como la danza o las posturas de Yoga, empieza surgir dentro de mí una búsqueda unificada.

Entrando en contacto con diversos sistemas, métodos y disciplinas corporales y energéticas a lo largo de mi vida, he ido poco a poco creciendo sobre el principio de que nuestro cuerpo es una herramienta para accesar a planos más sutiles de existencia. Cada día hay más claridad para mí de que es por medio del movimiento del cuerpo material, de lo grueso, que le damos movimiento al cuerpo energético y accedemos a nuestro cuerpo astral multidimensionalmente.

Estas experiencias no pueden ser explicadas ni comprendidas por nuestra mente racional, sino experimentadas y sentidas.

Cada persona tiene su tiempo, su proceso y su forma de experimentar, y su sensibilización energética sucederá de una forma única y en el momento perfecto.

En el Ritual nos conectamos con los animales de poder y los elementos que nuestros ancestros honraban y con quienes se conectaban para emprender nuevos ciclos o para abrir, celebrar o cerrar momentos auspiciosos. Utilizamos posiciones de poder a partir de ese conocimiento ancestral, cualidades de movimiento que desarrollan una jugosidad de lo que hoy en día sabemos que es la fascia, el tejido madre que envuelve y del que se compone el cuerpo entero. La fascia (específicamente la miofascia) es a donde el sistema nervioso llega y envía sus mensajes de acción y reacción, y está compuesta en su mayoría por agua, en forma gelatinosa. Esta agua debe ser exprimida, estrujada, movida, para que se haga jugosa y elástica, para que se cree el ambiente en el que el sistema nervioso pueda relajarse y así, empezar a liberarse de la aceleración y apuro constante en el que vivimos.

El movimiento jugoso, las posturas de poder, los sonidos sagrados, los mudras y la respiración trabajan inherentemente con los elementos constitutivos del Universo y por ende del cuerpo. El movimiento jugoso es intuitivo y con pandiculación, es decir, expansivo, como los bostezos y los estiramientos orgánicos del cuerpo. El movimiento expansivo trabaja directamente con el corazón, y activa el sistema nervioso parasimpático, el que nos relaja. El movimiento expansivo nos permite empezar a desaprender las conductas y hábitos que nos hacen creer que tenemos poco tiempo, que tenemos que llegar a algún lugar, que tenemos que alcanzar estas y tantas cosas y que nos hacen vivir en un estado de urgencia imparable, manteniendo a nuestro sistema nervioso en estado de emergencia día y noche, cada día, agotando nuestras glándulas adrenales y por ende disminuyendo la capacidad de nuestro sistema inmune de funcionar adecuadamente y responder a los estímulos externos, haciéndonos susceptibles a la más pequeña modificación de nuestro entorno y apagando nuestra capacidad natural de autocuración.

En El Ritual, creamos símbolos corporales para aprender a desaprender estos hábitos por medio de recordar como respirar con todo nuestro cuerpo, con todos nuestros poros. Desaprendemos estos hábitos al despertar los centros energéticos de nuestras manos que contienen naturalmente el poder de transformar, de sanar, como ramas o extensiones del corazón. Recientemente se descubrió que el corazón tiene unas células nerviosas especializadas llamadas “neuritas”, que se comunican con el cerebro y que almacenan memorias en el corazón. Esa comunicación corazón-cerebro sucede de forma efectiva cuando nos encontramos en estado de relajación, un estado que es absolutamente desconocido para muchos.

Otro descubrimiento más o menos reciente es que el agua, también almacena memorias en su configuración molecular, algo que ha sido comprobado científicamente por diversos especialistas en Italia y Alemania, siendo el precursor principal de estas investigaciones: Masuro Emoto, en Japón.

¿Qué significa todo esto? Significa que el agua es capaz de almacenar memorias de acuerdo a las vibraciones a la que es expuesta, desde alimentos hasta pensamientos, y también puede cambiar su frecuencia y memorias al ser expuestas a nuevas frecuencias. Y ¿quienes están hechos de 70 a 90% de agua? Nosotros, los seres humanos! Entonces, por medio del movimiento intuitivo, los sonidos sagrados, la respiración consciente y las posiciones de poder como los Mudras, creamos nuevas vibraciones, símbolos que son materializados y digeridos por nuestra mente racional, y que crean nuevos estados y frecuencias en el agua de nuestras células, estimulamos centros energéticos y creando un renovado estado de consciencia.

El Ritual es un campo de transformación que trabaja con las frecuencias de la Libertad, la Confianza, la Gratitud y la Compasión, permitiéndonos accesar a nuestro cuerpo energético desde un lugar de amor y reconociendo los aspectos sagrados y sutiles de nuestra existencia. Así, experimentamos una alquimia interna que no tiene otro destino que hacernos vibrar más alto.

45 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page