La Tierra o Prthvi (en sánscrito) es el elemento más denso de la materia, es decir, es el elemento en el que las moléculas están más juntas entre sí. Por ende, es el elemento más pesado, el más lento, pero a la vez el que ofrece mejor balance o equilibrio. Es el elemento que le da estructura a la materia, por ende, una de sus cualidades más importantes es la de soporte.
Cuando tenemos soporte, nos sentimos sostenidas(os), por ende nos sentimos seguras(os), a salvo. Esa energía de seguridad está muy relacionada con la supervivencia, la cual es una de las energías principales del primer Chakra: Muladhara o Chakra Raíz, el cual es el Chakra asociado al elemento Tierra.
Por otro lado, la tierra, al ofrecernos balance y soporte, nos permite la posibilidad de enfocar nuestra energía y atención, ofreciendo claridad mental y quietud interna.
La tierra nos ofrece amor y abundancia ilimitada, por ende, nos sentimos protegidas(os) y con nuestras necesidades básicas satisfechas. Esta energía es muy relevante al practicar posturas de tierra pues olvidamos que somos parte de la naturaleza, que venimos de ella y que a ella regresamos, y esa pérdida de conexión nos hace sentirnos incompletos, carentes y separados. La tierra nos recuerda que nuestro cuerpo es un templo sagrado y seguro y que la abundancia es nuestra naturaleza.
En el cuerpo, la tierra esta representada por los huesos y músculos, que son la estructura, pero también por las piernas y pies que son el soporte.
La información del elemento tierra se activa por medio de nuestras piernas, las cuales funcionan como antenas que transmiten la energía desde y hacia la tierra. Las plantas de nuestros pies son las raíces por medio de las cuales este intercambio y activación de información sucede.
Debido a que en la planta de nuestros pies se encuentra la fascia plantar, la cual se conecta con nuestro cuerpo entero, es posible transferir esta fuerza vital de la tierra hacia todo el cuerpo. Es por esto, que las posturas de pie son por excelencia, las posturas de tierra.
Además, cuando activamos la fascia plantar, se activa nuestro piso pélvico, generando una elevación de todos los órganos internos, lo cual ofrece un gran soporte a todo el cuerpo.
Así, a nivel de movimiento, la tierra se nutre, balancea y armoniza, por medio de la planta de nuestros pies, y con movimientos conscientes que inician en la fascia plantar y construyen pilares fuertes para darle soporte, balance y seguridad al cuerpo entero.
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Tomado del libro (en proceso de publicación ): “Del Cuerpo al Alma, el néctar multidimensional del Yoga Postural” por Luana Fara.
En el siguiente video te comparto algunas prácticas para activar el elemento tierra.