Se dice que la belleza está en el interior... La belleza es ver con los ojos del corazón... Es una mirada al interior... Es ser una misma...
Yo también concuerdo con todas estas propuestas al respecto de la belleza, pero también creo que la realidad en nuestro subconsciente es otra. Nuestras ideas sobre belleza, no son nuestras, y se manifiestan cada día de forma imperceptible para nosotras mismas.
Quiero citar al respecto de lo que viene a continuación, un texto de Naomi Wolf:
“Una cultura fijada en la delgadez femenina no es una obsesión sobre la belleza femenina, es una obsesión acerca de la obediencia femenina. El Estigma de Peso es el sedante político más potente en la historia de las mujeres, y silenciosamente, una población con culpa es una población más manejable."
Considero que la obsesión con los ideales de belleza se han extendido de forma descontrolada, inclusive en la comunidad masculina en los últimos años, con patrones totalmente distintos, pero efectos psicológicos-emocionales similares.
Regresando al caso de los paradigmas de belleza femeninos, según el BEDA (Binge Eating Disorder Association) al definir el estigma de paso corporal, hay tres ideas que están bien enraizadas en nuestro subconsciente, al respecto de la belleza y la salud:
- Es mejor ser delgada
- Es posible ser delgada
- La gente delgada es mejor
Piensa, qué mujeres te parecen bonitas?… cuando abres una revista, que tipo de mujer consideras bella? Entre tus amigas, cuáles te parecen más bonitas? Hay un indicador corporal en común? Y sobre tí misma, con qué peso corporal te consideras más atractiva? Y porqué? A todas estas preguntas, sigue preguntando “porqué?” una y otra vez hasta que llegues a la verdadera respuesta…
No se trata de rechazar lo delgado o satanizarlo.
Se trata de cambiar los patrones de belleza que no hemos elegido, que han sido implantados en nuestros cerebros y nos hacen sentirnos culpables, no suficientes o apegadas a objetivos no alcanzables o no sostenibles. Una sociedad insatisfecha y carente es una sociedad fácil de manipular.
Re-programar estos patrones requiere mucho más que sólo reconocerlo. Eso es un primer paso que requiere del resto. Nuestra responsabilidad es empezar por nosotras mismas y es un trabajo de observación de todos los días para reconocer, entender porqué y desarrollar y tener a mano las herramientas para transformarlo.
Cualquier cambio, empieza desde adentro!