A través de la práctica del Yoga ganamos control sobre la mente, pero no porque queremos negarla pero porque queremos ser libres. Queremos hacernos amigos de nuestros pensamientos, así podemos ser conscientes de ellos, de nuestros Samskaras, de nuestras tendencias, así podemos entender nuestros deseos y frustraciones, podemos observar nuestras emociones, así podemos dejar de identificarnos con cualquier cosa que ha sido creada por la mente. Queremos hacernos amigos de nuestros pensamientos así podemos traer paz a ellos, así podemos ver la profundidad del Ser que se encuentra en la quietud bajo la superficie agitada.
Queremos aprender a usar la mente como una herramienta, como la herramienta de consciencia y entendimiento. Por ello queremos desarrollar control sobre ella, bajo el entendimiento de que este control no se trata de negación y represión, sino de una regulación consciente para liberarnos de sus limitaciones.
A través del proceso de auto-observación nos volvemos conscientes de la mente inconsciente. Este proceso de observación no puede ser ocasional, no se trata de supresión ni tampoco de enfocar nuestra atención en juzgar el mundo externo, no se trata definitivamente sobre los otros. La observación es algo que debe practicarse todos los días, en todos los lugares y circunstancias, sobre todos los aspectos de nuestra propia vida, pero siempre con amor y bondad, inclusive sobre los pensamientos más “malvados”. Y siempre debemos recordar que la observación tiene una única dirección: hacia adentro! …el yoga es un viaje hacia el Ser!